Presentando a AISight, la
tenebrosa red de vigilancia pública a cargo de la Inteligencia Artificial
Imagine una gran ciudad
completamente vigilada por un sistema de video, diseñado para supervisar cada
movimiento de sus ciudadanos. Ahora imagine que el sistema esté dirigido por
una máquina de inteligencia artificial de rápido ap
rendizaje, diseñado para detectar
los delitos antes de que lleguen a producirse. No, no es un sueño distópica de
un autor cyber-punk de ciencia ficción, o de los escritores del programa de
televisión “Person of Interest”. Se trata de una realidad, es la ciudad de
Boston, en la costa este de EE.UU. Y de la cual, muy pronto, podrían haber
muchas más réplicas en las ciudades de todo el mundo.
A raíz de los atentados de la
Marathon de Boston en abril del 2013, un hecho sobre el cual la policía y los
medios del mundo se esforzaron por darle un sentido de enorme tragedia, el
Departamento de Policía de Boston se contactó con una conocida empresa para el desarrollo innovador y
vanguardista de la tecnología de vigilancia, basado en la inteligencia artificial
avanzada.
La empresa en cuestión,
Behavioral Recognition Systems, Inc. (BRS Labs), está enfocada en el desarrollo
de un software con sede en un edificio de oficinas en Houston, Texas, con el
lema: “Nuevo Mundo. Nuevo Seguridad”.

Análisis basado en la razón
AISight funciona mediante el uso
de una forma particular de análisis, basado en la razón de las imágenes de
vídeo, que promete cambiar la forma en que los seres humanos llevan a cabo la
vigilancia de otros seres humanos.
La inteligencia artificial ya se
utiliza a través de las redes de vigilancia en todo el mundo. En los sitios de
alta seguridad, como las prisiones, las instalaciones nucleares o agencias del
gobierno, es un lugar común que los sistemas de seguridad establezcan un número
de alertas basados en el análisis de sus vídeos. Por ejemplo, si un objeto en
la pantalla (una persona, o un coche) cruza una parte designada de la escena,
se transmite una alerta al operador humano. El operador inspecciona el metraje
y trabaja en las nuevas medidas sí es necesario tomarlas.

El sistema de AISight BRS Labs es
diferente, porque no se basa en un programador humano para decirle qué
comportamiento es sospechoso. Se entera por sí mismo.
El sistema permite a una máquina
monitorear su medio ambiente y construir un perfil detallado de lo que puede
considerarse un comportamiento “normal”. La IA puede entonces determinar qué
tipo de comportamiento no es normal, sin una pre-programación humana.
Las redes neuronales artificiales
Lo que es más, AISight aprende de
forma permanente y registra los cambios producidos en un comportamiento normal,
así que no se requiere de una programación en curso de los operadores humanos.
Para ello, emplea una tecnología conocida como “redes neuronales artificiales”,
que imita el funcionamiento del cerebro humano.
Es más, el sistema BRS Labs es
extremadamente fácil de aplicar, incluso a través de enormes redes dispares de
equipo de cámaras anticuadas. La compañía afirma que es solo es necesario unos
pocos días para la instalación completa del hardware y software.
Después de eso, el sistema se
pone a “construir una base de conocimientos de forma autónoma siempre
cambiante, a través de la actividad observada desde cada cámara en su red de
vídeo”.
El software ya está en marcha en
otras ciudades de los Estados Unidos, como Chicago y Washington D.C.
“Nuestro sistema se dará cuenta
de las cosas que nunca pensó en buscar”, dijo Wesley Cobb, director científica
de BRS. “Si nunca pensaste buscar un coche que circulaba hacia atrás hasta la
entrada de un garaje, por ejemplo, nuestro sistema lo encontrará lo alertara,
porque es diferente a lo que normalmente ve. El sistema se enseña a si mismo lo
que debe buscar”.
La prevención de los crímenes en
el futuro
BRS está trabajando con los
organizadores de la Copa Mundial para tratar de prevenir los crímenes antes de
que tengan lugar.
“Podemos reconocer un patrón
precursor que podría estar asociado con un delito antes de que suceda”, dijo
Cobb a los periodistas. “En muchos casos, se puede ver a alguien separándose de
la multitud, asomándose a la parte trasera de los edificios, yendo a donde no debería
estar”.
Las inevitables preocupaciones
por la seguridad ya se han planteado. Mientras BRS dice estar “preocupado por
los derechos de privacidad de las personas en todas partes”, no es difícil
imaginar un futuro en el que todos nuestros movimientos sean evaluados,
cuantificados y juzgados por generaciones de la inteligencia artificial cada
vez más inteligentes.
Hay una cámara de seguridad por
cada 11 personas en el Reino Unido, y se ha informado de que el ciudadano
británico promedio es registrado en una cámara más de 300 veces cada día.
Países como Estados Unidos,
Canadá y Alemania tienen reglas estrictas sobre lo que puede ser instalado en
los sistemas de CCTV (Circuitos Cerrados de TV) y cómo se pueden utilizar las
imágenes del público. Pero no fue hasta la plena aplicación de la Ley de
Protección de Datos en el 2000 que todos los controles legales de las cámaras
de circuito cerrado de televisión se pusieron en marcha en Gran Bretaña.
Si el sistema del BRS se abre
paso a través de las lagunas legales, podríamos estar viendo más, no menos,
vigilancia en el futuro cercano.
La vigilancia total en el redil
de los siervos.
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